Los eventos sociales ya no son lo que eran y el modo de conservar ese recuerdo tiene que adaptarse a los tiempos que corren. Si hoy hasta padres y madres se animan a una coreografía en la fiesta de 15 de su hija ¿por qué perderse partes de ese momento cuando puede revivirse tantas veces como se quiera a través de un video? En esta nota, SafeMemories te cuenta las razones para invertir en un camarógrafo para tu fiesta. La dupla video/foto se vuelve indispensable.
Cuatro ojos ven mejor que dos: los momentos de la fiesta serán los mismos para un camarógrafo y un fotógrafo, pero sin dudas que obtendrán resultados diferentes. El dinamismo del video y la espontaneidad de la fotografía no compiten porque son lenguajes distintos. ¿Acaso alguien dejaría de ver una buena película sólo por haber leído el libro en que se basó? Se trata de producciones distintas con elementos propios que disparan emociones de diferentes intensidades.
Trabajo articulado: ambos profesionales se abocarán a pensar la mejor manera de mostrar lo que pasará en tu noche. Desde ángulos distintos de toma hasta la posibilidad creativa que otorga el movimiento, el trabajo del camarógrafo ayudará a recrear, por ejemplo, el clima que rodeó cada episodio.
Alta fidelidad: Los desarrollos tecnológicos contemporáneos favorecieron al registro audiovisual, facilitando la obtención de materiales de alta calidad que no se deterioran fácilmente a la hora de trabajarlos digitalmente. Gracias a esto, un video editado profesionalmente te permitirá conservar y reproducir en DVD o Blue-Ray una historia en trazos finos. No verás acciones que pasaron delante de la lente sino el trabajo y la sensibilidad para captar lo que sucedió de un modo que siga produciendo emociones al momento de revivirlo.